Los Netcenters: negocio de manipulación
La evolución desde las porras virtuales hasta las campañas de contraste.
Mucho se ha dicho en medios, conversado en reuniones familiares y publicado en redes, pero poco se ha estudiado sobre este fenómeno en Internet.
¿Cómo funcionan?; ¿Quiénes trabajan en un Netcenter?; ¿Qué hacen y cómo lo hacen?; ¿Quiénes ganan y cuánto?; ¿Son efectivos?; más allá de lo obvio ¿Por qué existen estas prácticas?; y muy importante ¿Cuáles son sus efectos?
Todas las anteriores son preguntas que eventualmente nos hacemos sobre una dinámica que existe hace años. Antes ligadas a procesos electorales y ahora para alterar percepciones. Pasó de ser una práctica de fanáticos, a un negocio rentable que involucra a sicarios digitales.
Nota de inicio: Para términos de este post el usuario es la persona y el perfil es la cuenta creada en una red social. Así un mismo usuario puede tener uno o más perfiles creados. Para describir y explicar la evolución de los Netcenters les agregué una versión.
Los Antecedentes
Lo que vemos hoy en las redes sociales tiene varios antecedentes que abordaré en esta primera parte y que nos permitirá observar la evolución de los Netcenters. Los primeros pasos se dieron en los foros de opinión de los medios de comunicación (Netcenters 1.0). Tuvieron un paso fugaz e inocuo por los blogs y luego llegaron a las redes sociales (Netcenters 2.0). El potencial y las necesidades del mercado permitieron su evolución, incidencia y rentabilidad (Netcenters 3.0).
Las redes sociales se popularizaron en Guatemala en el año 2008, pero tuvieron una explosión luego del Caso Rosemberg, en mayo de 2009. Tal fue la situación que los Medios de Comunicación (con excepción de elPeriódico que el perfil actual se abrió en enero 2009) se vieron obligados a abrir perfiles en Facebook (no existían las páginas de fans) y Twitter. Hasta el 2011 las redes sociales le daban voz a los ciudadanos y eran espacios que permitían un nivel más horizontal de comunicación.
Por lo anterior abordaré primero algunos casos que me tocó enfrentar cuando moderaba los comentarios que llegaban a la página de elPeriódico, mucho antes que se popularizaran los netcenters en las redes sociales en Guatemala.
Caso 1: defensa oficiosa
En el 2008 se publicó una noticia sobre la cotización de 20 líneas de teléfono para uso en la Secretaría de Comunicación Social de la Presidencia (SCSP). Como era común en ese entonces la gente enviaba sus comentarios y me tocaba moderarlos. Si uds ingresan al enlace de la nota (solo quedó guardada en archive.org porque elPeriódico cambió su sitio y perdió el archivo) podrán observar que varios comentarios los edité y les agregué que estaban enviando los comentarios desde la SCSP, como se podía apreciar en la IP.
Ver la nota aquí.
Por ser comentarios enviados a un portal era mucho más rápido identificar si eran falsos y si tenían doble intención. Además se podían ver los IP´s que facilitaban la identificación del lugar donde se enviaban los comentarios.
Caso 2: alterar la percepción sobre un tema
Durante los años siguientes la práctica aumentó y empezó a buscar formas de evadir la identificación, pero con las mismas intenciones: regar supuestas opiniones a favor o en contra para alterar la percepción sobre un tema.
Ese mismo año se incrementó la cantidad de comentarios y cuando llegó el proceso de elecciones las conductas abusivas y el fanatismo quiso tomar el espacio de debate.
Para denunciar esto publiqué un artículo donde ponía en evidencia este tipo de prácticas nocivas y malintencionadas. No sabía como llamarle, le puse “porras virtuales” y como explico la intención era desviar a la opinión pública, que siempre he considerado una forma de censura por las intenciones y consecuencias que buscan. Aquí el artículo.
Caso 3: Inflar, defender la imagen y alterar la percepción sobre un candidato a presidente
Para el año 2012, durante el proceso de elecciones en México, surgió el escándalo que le denominaron Twittergate que desnudaba un centro de perfiles creados con la intención de alterar la percepción del candidato.
Publiqué un post en mi blog que incluye un video que se viralizó donde dan instrucciones para poner en marcha un Trending Topic: #EsMomentoDeMéxico.
Para ese momento intenté definir la práctica como Webcenter. “Esos centros digitales usados para enviar comentarios desde perfiles falsos y lograr desviar la opinión pública sobre algún político.” Eran los Netcenters 1.0.
Sobre este caso hay abundante información en Internet y los medios mexicanos publicaron en su oportunidad diversos reportajes sobre el tema.
Dos años después, en 2014, Alejandro Sinibaldi (Ministro de Comunicaciones que buscaba la presidencia de la República) ya tenía montado un equipo de personas que lo defendían en redes sociales. Tenía años de tener a su alrededor gente (y perfiles) que lo inflaba y alababa. Una búsqueda en Twitter lo puede confirmar >> Pinche aquí.
Caso 4: posicionar un tema
En 2015 trabajé la estrategia digital del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos de Guatemala (IPNUSAC) y me tocó atender la crisis que surgió luego que en noviembre de 2015 se descubrieron publicaciones con plagios por parte José Ramón Lam, que trabajó en dicho instituto y luego fue Jefe de Transición del gobierno de Jimmy Morales. Edgar Gutiérrez, que en ese momento era el Director de IPNUSAC, hizo la denuncia pública y con eso se ganó enemigos en el gobierno entrante.
Cuando Guatevisión entrevistó a Jimmy Morales luego de ganar las elecciones hablaron del plagio y justo en ese momento un Netcenter salió a posicionar, como defensa, la noticia sobre la denuncia que la Fundación Contra el Terrorismo (FCT) había hecho a Gutiérrez.
Los reclamos, en su mayoría, eran desde perfiles falsos. Pueden ver los siguientes perfiles para que se den una idea del uso que se les dió a estas cuentas en ese período:
El Negocio de la Manipulación
Para comprender este negocio es importante explicar que durante muchos años (y hasta hace muy poco) la opinión pública en Internet se medía por cantidad y no calidad. De esta forma tener muchos seguidores era señal clara de popularidad. Y que inundar las redes con un tema podría incidir en la Opinión Pública. Lo que sí estaba claro es que podía alterar percepciones.
Por ello surgió un mercado de perfiles falsos (tipo trolls) que luego creció a granjas de perfiles falsos (bots). Luego sumaron perfiles reales (influencers reales o forzados) que junto a un par de perfiles tipo troll y un ejercito de bots o perfiles de bajo nivel, pueden manipular la percepción de un tema y provocar reacciones.
El mercado de los perfiles falsos
Desde que existe la facilidad de crear un perfil en una red social se abrió la puerta para que, de forma anónima, cualquiera pueda crear un perfil falso.
Es imposible determinar quien fue el primero que tuvo la necesidad de buscar seguidores falsos o si fue algo espontáneo en diversos países, pero la necesidad persiste hoy entre varios políticos que se perciben poco populares y necesitan contrarrestar eso.
Consideración 1: Crear un perfil falso puede tomar dos minutos, pero crear 100,000 es algo que tomaría tanto tiempo, que ningún político o personaje público va a ponerse a hacer.
Consideración 2: Una persona puede administrar cierta cantidad de perfiles falsos. Hay un límite.
Consideración 3: Un programador puede desarrollar una herramienta que crea miles de perfiles falsos (bots) y que sigan instrucciones.
De lo anterior surgió la posibilidad de atender los requerimientos de ciertas personas de inflar la cantidad de seguidores sin importar si alguien los administraba.
Al paso del tiempo podía ser notorio que tener miles de seguidores, pero observar poca interacción causaba suspicacia con respecto a la popularidad real de este cliente necesitado. Aquí se necesitan perfiles que solo sigan determinadas instrucciones dando like/fav o dando Retweet . Son los bots.
Así surgieron diversas empresas con granjas de perfiles falsos útiles para inflar cantidades.
Ya en el 2012 existía http://buytwitterfollowersreview.org/ que rankeaba a los portales que ofrecían este tipo de servicios.
Al evolucionar la redes sociales se hizo necesario que estas “interacciones compradas” se vieran más reales. Principalmente para los políticos en campaña. El engaño debía ser menos evidente.
Así surgió la necesidad de tener perfiles más elaborados que pudieran interactuar con posibles votantes y creyeran que en realidad eran personas opinando.
El New York Times acaba de publicar un magnífico reportaje sobre las granjas de seguidores y el negocio relacionado. Sugiero leerlo ya que explica en detalle varias cosas que menciono en este post.
Los Netcenters 2.0
Para la campaña de 2015 en Guatemala estos “servicios” surgieron más o menos formalmente. En dos organizaciones políticas me intentaron reclutar para administrar grupos de personas que administraban decenas de perfiles falsos y que hiciera ese trabajo: manipular. En ambas ocasiones me negué, pero en el proceso pude escuchar y observar lo que estaban montando. Su funcionamiento, proveedores de servicios y, principalmente, de su financiamiento. Según lo que me dijo uno de los que me quería contratar, con $250 mil dólares por aporte disponían de suficientes recursos para crear un equipo grande con mucha pauta. Supe que harían campañas negras contra varias personas-objetivos. Alerté a las personas que atacarían y puse la denuncia respectiva. A falta de una legislación aplicable pues no pasó nada.
Para una tercera agrupación política aporté algo al manejo de crisis para combatir las campañas negras que circulaban en ese momento en su contra. En esa organización desarrollaron varias herramientas advertir con anticipación cuando recibirían un ataque. Hicieron un trabajo limpio e interesante.
Cuando la gente empezó a advertir que habían muchos perfiles defendiendo y atacando candidatos aún le llamaban “call center”, pero eso generaba confusión cuando se intentaba explicar el fenómeno. Webcenter o Netcenter era más apropiado dado que ocurría en Internet.
En el Caso 4 hablo específicamente de este tipo de Netcenters 2.0 que fueron populares y para los que contrataron decenas de jóvenes desempleados y solo necesitaban instrucciones. El trabajo era similar a un call center.
Mario* llegó a trabajar a una oficina donde habían 25 computadoras. Había un Coordinador de turno por la mañana y otro por la tarde. Él y sus compañeros seguían la “estrategia” que el coordinador les indicaba usando para ello perfiles falsos. Al principio eran pocos perfiles, uno por cada navegador abierto (Chrome, Firefox y Explorer o Safari). Luego usaban Hootsuite y/o Tweetdeck para administrar más perfiles. Les pagaban en efectivo y les hacían firmar un documento de confidencialidad. Era un Netcenter.
“Nos daban los copy´s y los programabamos. No nos importaba que pasaba después” explica sobre las primeras tareas.
Conforme creció el negocio necesitaron crear más perfiles falsos, entonces les daban a cada trabajador un montón de chips de teléfonos tarjeteros y abríamos todos los perfiles que se podían con el mismo número. Así empezaron las granjas de perfiles falsos en varios países.
“Me ofrecieron el chance de coordinador, porque había elecciones en otro país y los contrataron para ir” me contó Carlos* cuando lo entrevisté en persona. Él renunció al poco tiempo porque ya no le gustó lo que hacía. Su círculo cercano sabía parte de su trabajo, pero era muy discreto. No es algo que uno quiera contar a los cuatro vientos. En general, me confirmó lo que platiqué con otros 7 trabajadores de Netcenter.
Algunos de ellos trabajaban en el Netcenter del Géminis 10. Hubo otro en el edificio Lucky y algunas agencias de publicidad también ofrecen esos servicios. Mucha gente ha ganado mucho dinero de esta práctica. Es un negocio altamente rentable. Contrapoder publicó un reportaje con más información sobre este tema. Aquí puede leer el enlace, ya que el sitio de Contrapoder bajó todo su contenido.
Los Netcenters 2.0 básicamente daban servicios para apoyar un candidato y atacar al otro. Un negocio lucrativo, pero de universo reducido.
*nombres fictícios para proteger la identidad de los entrevistados.
El sicariato digital
En julio de 2015 Prensa Libre sufrió la clonación de su sitio web. Alguien compró el dominio www.prensallibre.com donde montó una copia del código del sitio original y publicó noticias falsas sobre la (supuesta) popularidad de Manuel Baldizón en las encuestas como candidato presidencial.
Esto no fue una broma. Era pagado. Luego se descubrió todo el trabajo y se capturó al responsable. Afortunadamente en El Salvador sí existe legislación que protege de este tipo de actos. Lea la publicación de Prensa Libre aquí.
Para el año 2016 ya era común observar que los perfiles falsos atacaran insistentemente a ciertas personas. La forma de operar y la intencionalidad buscaban destruir la reputación. Era un asesinato de caracter o reputación. En septiembre de 2016 escribí sobre este tema. Ver nota original aquí y si no se logra acceder una copia que hice aquí en Medium.
Los Netcenters 3.0
Los Trolls existen desde la prehistoria del Internet. Personajes poderosos que pueden mover opinión y generar reacciones de todo tipo. Se manejan en el eje de las pasiones. Fueron los precursores del concepto de influencer y los primeros en línea para lucrar como sicarios digitales.
Estos perfiles, sin importar si son reales o falsos, se volvieron atractivos para políticos y candidatos que querían atacar a sus enemigos electorales, así los volvieron parte del juego entre 2016 y 2017. Esto se puede ver con los miles de perfiles falsos que quedaron en desuso a finales de 2016, que coincide con el cambio de estrategia y mutación para ofrecer servicios más agresivos.
No existen muchos trolls, pero usando la formula: troll + perfiles falsos (administrados) + bots se puede hacer mucho más que antes. Un ecosistema de manipulación. Este es el caso de los rusos que lograron con ecosistemas similares llegar a promover noticias falsas que varios periodistas creyeron y amplificaron. Los rusos lograron su objetivo.
Un troll propone un tema, los perfiles falsos crean un entorno de aceptación del tema y los bots inflan los números. Así funcionan los Netcenters 3.0. Incluso pueden dejar atrás los bots cuando ya tienen cierto poder de penetración en las burbujas o micro redes.
Los Netcenters 3.0 básicamente se venden a quien necesite sus servicios, pero se especializan en crear crisis.
Las “campañas de contraste”
Las campañas de contraste son, en realidad, asesinatos de caracter o reputación. Y son conocidas desde hace muchos años como Campañas Negras. Este “servicio” puede ser cubierto por sicarios digitales con un grupo de perfiles falsos que permitan visibilizarlo y provocar reacciones.
Una dinámica observada es enviar miles de bots a una persona-objetivo a atacar (puede ser un periodista o un personaje específico). Esto provoca interferencia de esa persona con sus seguidores, infunde temor al sentirse atacado y, principalmente, al inflarle sus seguidores se le puede acusar públicamente de tener cuentas infladas, que es lo que hacen quienes manipulan la opinión pública.
Otra dinámica es reunir algunos documentos que sean públicos, crear una historia con una mezcla de verdades y mentiras que permitan “exponer” públicamente a estas personas y destruir su reputación. Esto en otros países es ilegal, se llama doxing.
Una variación de lo anterior específicamente para defensas oficiosas es crear una narrativa que se perciba equiparable (legal y éticamente) entre lo hecho por el acusado y el acusador. El acusado hizo “A”, pero el acusador hizo algo similar a “A”. Esta segunda parte es una mezcla de verdades y mentiras. Esto se repite hasta contaminar la huella digital del acusador.
Existe la dinámica de magnificar un hecho de tal forma que cualquier pueda repudiarlo. Si se suman varios hechos magnificados la sociedad termina despreciando a quien en realidad es una víctima de campaña negra.
Las dinámicas actuales son mucho más agresivas y evolucionaron. Aunque el impacto no lo percibamos como tal, logran generar Trending Topics, desviar conversaciones, censurar, acosar, manipular y generar reacciones. Y todo esto no es accidental.
El contexto de la evolución
Cuando creció el uso de las redes sociales como canales de distribución libre de censura, permitió acceso a jóvenes y personas que salieron de la brecha digital (base social que permitió el crecimiento de las Fake News); facilitó la organización social (Iran 2009, Guatemala 2009, Guatemala 2015); y permitió el anonimato sin repercusiones (Anonymous, Discurso de Odio en Twitter, etc).
La conjugación de estos factores permitieron a su vez que se crearan células organizadas que fueron acumulando notoriedad, voz y poder. Estas “células” se identifican a sí mismas como izquierda progresista.
Por otro lado creció, por factores que no voy a abordar aquí, un rechazo por parte de grupos de extrema derecha a entidades que participan activamente en el Sistema de Justicia. Estos grupos a su vez pertenecieron/pertenecen a las fuerzas militares.
Miembros de ambos grupos, con el paso del tiempo, llegaron a desarrollar enfrentamientos agresivos que se cruzaron con el escenario de los Netcenters 2.0 y los sicarios digitales.
Cuando ocurrió la evolución a los Netcenters 3.0 (2017) ya se arrastraban conflictos desde distintos espacios. Así terminamos en medio de múltiples campañas negras en simultáneo atacando a varias personas. Más las campañas contra temas progresistas que chocan con grupos que promueven esos temas. Más choques ideológicos en temas políticos por fanáticos de los extremos. Por ello es difícil distinguir quienes están detrás de qué campaña. El caos y la confusión les permite esconderse. Además hay muchos posibles culpables. Pensar que solo hay un grupo detrás de todo es un error.
Con respecto a los Netcenters 3.0 existe una dinámica observable y comparable con aspectos de las operaciones psicológicas que se describen como estrategias contrainsurgente en el Capítulo II: Volumen 1 de Informe de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico (CEH).
Independientemente del contexto histórico lo escrito ahí podría describir algunas cosas que vemos ahora. Si esas células que menciono antes fueran tratadas como insurgentes, pues esto aplicaría:
Basta con buscar información sobre doctrina y uno puede formarse una idea. Si formulamos una estrategia de este tipo con personajes que dominan las tácticas para viralizar contenidos en Internet, tenemos un potencial para generar impacto e incidencia. Obviamente esto es solo parte de mis apreciaciones con respecto a lo que vengo documentando desde hace varios años. Y como he mencionado al inicio, La Academia nos debe mucho al no fomentar estudios profundos sobre temas que nos afectan a todos.
Inflar >> Imitar >> Atacar>> Victimizarse >> Neutralizar
Un Netcenter se refiere al grupo de personas pagadas para cumplir un objetivo específico. Los Netcenters 3.0 usan combinaciones de perfiles reales, perfiles falsos y, a veces, bots. Buscan percibirse como movimientos reales, entonces imitan a aquellos grupos que desean atacar y eventualmente pueden llegar a victimizarse. Se aprovechan del fanatismo de muchas personas para mezclarse y verse como parte de un movimiento real.
Es importante distinguir entre perfiles falsos de un Netcenter y perfiles anónimos que confluyen con pensamientos similares. Los primeros repiten una narrativa, no escuchan y su persona-objetivo debe ser destruído. Los segundos pueden ser perfiles anónimos, con pocos seguidores y poca actividad, pero su nivel de argumentación es variable. Se nota que son personas.
El problema surge cuando confundimos perfiles falsos y perfiles anónimos de fanáticos. Al confundirlos, nos pueden acusar de atacarlos y, por ende, victimizarse.
Y así ocurre actualmente, sin importar la agenda que estén cubriendo, las narrativas (de contraste) para balancear de forma artificial incluyen la destrucción de reputación, acoso y victimización.
¿Qué podemos hacer?
Es imprescindible que las entidades con iniciativa legislativa hagan un esfuerzo por proponer un marco regulatorio a actividades que podrían llegar a ser delictivas (y que actualmente no lo son).
Sin lo anterior las entidades de Seguridad y Justicia no pueden actuar ni van a crear equipos de persecución a personas que abusan y aprovechan las lagunas legales para destruir a otros.
Exigir a los periodistas un papel de articulación entre los distintos grupos sociales para llegar a un espacio de convergencia. Sin ello este espiral de violencia crecerá mucho más.
Denunciar en cada red social si vemos agresores que no cumplen con las reglas de cada red social. Sin denuncia continuarán actuando y creciendo.
Educar a nuestros hijos en casa para formarles un criterio sobre los peligros actuales que hay en las redes sociales.
Ignorar ataques, menciones y evitar cualquier tipo de interacción. Mientras mayor interacción le generamos, mayor difusión les provee cada red social.
No caer en discusiones estériles ni posicionar sus temas. Ellos cuentan con esas reacciones pasionales para aumentar su difusión.
Sigo recolectando información y datos. Si ud tiene información y desea colaborar puede contactarme por Twitter o al correo info@luisassardo.com
Nota del autor: a propósito no estoy revelando varias fuentes de información para proteger su identidad y posibles represalias. Si recibo más información o debo corregir algún typo lo haré en un espacio para señalar lo “editado”.
Editado: edité para distinguir entre objetivos de ataque y personas-objetivo para evitar confusión entre ambos.